Costumbre y Habitos

Cada dia y la monotonia,
se abren paso a la cabeza
infantil e inocente
de un joven adulto, inmaduro
pequenajo, serio, tomando decisiones,
sin tomar en cuenta el cansancio de la vida.

Si. Vivir cansa.
Cansa equivocarse, cansa salirse del camino.
Cansa verse perdido en el espacio y
perdido en el tiempo malgastado. Tiempo que no vuelve.
Tiempo que vale oro.
Tiempo que se va, porque los dias son malos.

Malos, tan malos que pesan.
Pesan tanto como la cantidad de ropa
que compramos y nos ponemos...
mientras otros van tan ligeros,
que solo los visten los harapos
y la fe.

Una fe que se me va,
se me va igual que con el tiempo.
Se me va igual que con la ligereza
de creer.
Se me va igual que la inocencia;
se me va igual que la expectacion.

Esa expectacion de recibir
algo nuevo cada dia.
Esa expectacion de un nuevo abrazo
cada vez que el suelo besa mis rodillas.
Esa expectacion de poder ver abiertos
los cielos. Cada nube, cual cartero;
trayendome un mensaje nuevo.

Se me fue la sorpresa de encontrarte.
Al igual que me vuelvo un adulto.
Se me fue la fe en lo imposible,
al igual que mi amor por las caricaturas.
Se me fue la paciencia de esperarte.
Al igual que la paciencia por los regalos
de Navidad.

Pero sabes que? La vida cansa, pero tus promesas.
La vida es pesada, pero tu fidelidad.
La vida es para adultos, pero el regalo de tu fe.
la vida es costumbre y habitos; pero tu amor.
Que se renueva cada manana.