Erase una vez, un muchacho solo.
Deprimido. Callado. Tímido. Que no tenía con quien hablar. Lo golpeaban casi
todos los días, y sufría mucho. Un día logro hacer amistad con uno de los
mismos que lo golpeaban, y no se imagino la clase de amigo que se gano. Juntos
cambiaron de escuela...y encontraron otro muchacho...similar a ellos. Callado,
solo. Sin muchos amigos. Los 3 se hicieron más que amigos: hermanos. El futbol
los unió. Las clases los unieron. El mismo hecho de poder compartir un lazo de
amistad, compañerismo y de unidad los hacía más fuertes. Eran tan diferentes:
el primero era pequeño, hablador, ruidoso. Al mismo tiempo era noble y sin
malicia en su interior. Otro era fuerte, con barba. Tenía estilo, no dejaba
hablar a nadie para que se le escuchara a él y se consideraba un gran galán. Al
mismo tiempo era el tipo de persona que daba todo por su familia, sin importar
lo que pasara. El otro era grande y robusto. De mirada tosca y de actitud
burlona y agresiva. Era el de la sonrisa más grande. Y el del las bromas
pesadas. Pero al mismo tiempo, era el más sentimental y el del corazón mas
grande y sincero de todos. Los 3 entablaron amistad con muchos más que
consideraban familia junto a ellos. Pero los 3 tenían una conexión especial. Lo
demostraban cuando jugaban futbol juntos. Un portero y dos defensas.
La vida pasaba y crecían. Se hacían hombres. Confiaban en uno en el
otro. Eran fuertes. Y juntos se creían invencibles. Hasta que un día se
tuvieron que separar. Uno, el barbudo, comenzó rápido la vida de adulto;
trabajando, estando con su pareja. Asentando una vida sedentaria. Seguía siendo
el mismo, pero las responsabilidades lo alejaron de los demás. Quedaron dos.
Ellos, el pequeño y el robusto, seguían con sus sueños. Seguían con sus
ilusiones, lográndolas como equipo. Hasta que Dios quiso que el pequeño cruzara
el océano a buscar un mejor futuro en otras tierras. Quedo uno. Solo. Como en
el principio. Nunca imagino los problemas del pequeño. Sufriendo ataques de
algo más fuerte que el odio humano: cayendo preso en adicciones, vicios,
fijaciones, obsesiones. Se creyó perdido para siempre en este mundo cruel.
Hasta que vio la luz, y un nuevo sentido para vivir: Cristo. Con trabajo,
y con muchos sacrificios interiores y exteriores, comenzó un cambio que aun
sigue viviendo. El barbudo, seguía trabajando fuerte. Luchando con las cosas
del día a día. El trabajo tedioso, su novia que necesitaba atención. Su
familia. De la manera que se comenzó a alejar del futbol poco a poco... Y comenzó
a ver solo lo que tenía al frente sin ver más allá. Dejándose llevar por los pequeños
momentos de "tranquilidad" que le daba el mundo, sin darse cuenta que
tenia a alguien sufriendo por él a sus espaldas. El pequeño le quiso
advertir...darle una palabra de consejo con lo que ha aprendido con el tiempo y
el sufrimiento. No le hizo caso, y hasta le rechazo. El grandote, se dejo
llevar de su soledad: Su soledad en el amor, su soledad en la tranquilidad, su
soledad sin sus amigos. El entrenador lo toma como el chivo expiatorio sin razón,
y eso le hace perder la confianza en los demás y en el mismo. La vida, según el
le está cobrando la factura del esfuerzo sin resultados. Le echaba la culpa al
Destino. Ni siquiera se digno a echarle la culpa a Dios...ni siquiera eso. No
ve el sentido de seguir...no le ve el sentido a seguir pensando en las
esperanzas que tenía cuando jugaba con sus otros 2 amigos. Se desvanece en el
camino de la desesperanza y la decepción completa. Ya no cree. Y solo siente
dolor. El pequeño, desde la distancia, le pide que despierte...que hay una
esperanza. El barbudo no aparece. Las horas pasan y así los 3 amigos conocieron
otra manera de conectarse aunque sin comunicarse nada y sin hablarse: El
Sufrimiento, El Dolor, La Soledad y El Cansancio.
Uno está buscando La Verdad con muchas ansias...e impaciente como es de naturaleza, ve con calma los cambios en su vida y como Dios obra en su vida. Pero aun no ve lo que Dios quiere para él. Otro, ve la vida con los ojos de un comerciante: Trabajo y tener comodidades. Y el otro ve la vida de una manera gris y sin futuro en lo que creía, confiaba y esperaba. La Vida les ha jugado sucio a estos 3 Amigos. Sin saber qué hacer en el futuro…y sin saber en quien confiar. Confiaran el uno con el otro?...No sabremos que pasaría en esta historia. Ojala que la amistad prevalezca sobre todas las cosas primero que todo. Y que Dios bendiga las vidas de los 3. A ver si la mañana llega a cada quien a iluminar sus mundos.
Uno está buscando La Verdad con muchas ansias...e impaciente como es de naturaleza, ve con calma los cambios en su vida y como Dios obra en su vida. Pero aun no ve lo que Dios quiere para él. Otro, ve la vida con los ojos de un comerciante: Trabajo y tener comodidades. Y el otro ve la vida de una manera gris y sin futuro en lo que creía, confiaba y esperaba. La Vida les ha jugado sucio a estos 3 Amigos. Sin saber qué hacer en el futuro…y sin saber en quien confiar. Confiaran el uno con el otro?...No sabremos que pasaría en esta historia. Ojala que la amistad prevalezca sobre todas las cosas primero que todo. Y que Dios bendiga las vidas de los 3. A ver si la mañana llega a cada quien a iluminar sus mundos.
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