Viendo la lluvia caer a las 2 de la mañana, con
mi pecho desnudo sintiendo las cuchilladas del viento traspasando hasta el corazón.
El reflejo del agua en las calles iluminadas daba esa sensación de estar en
otra dimensión. Mi piel demandaba calor. Dedos que supieran recorrer cada milímetro
de mi piel; que hicieran que volara. Jure sentir el olor de tu pelo...el
calorcito que emanaba tu piel...cada temblor de tu cintura...cada
suspiro...cada beso...cada abrazo...cada mordida. Cada momento que recordé de
esa vez que estuve contigo lo veía en cada gota de lluvia que caía en la
avenida. Pero solo es el viento que me hace recordar lo fría que fue esa
despedida. Que no debe pasar de nuevo. Que todo acabo. Que no debo hacerte el
amor en mi cabeza para no volver a caer en tus garras. Es que eres una gema
prohibida. Tu valor es incalculable y nulo al mismo tiempo…No comprendo este
sentimiento. Volver a mi cama…sentir las sabanas en mi piel sintiendo esa brisa
mañanera que me recuerda a ti fue placentera y fría. Como aquella tarde que
estuve contigo.
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