A veces pienso en
las veces que le pedimos cosas a Dios. Llegan esos momentos, en que solo hay
lluvia en nuestro camino. En el que solo hay piedras con las cuales tropiezas.
Llegan esas horas oscuras en las cuales solo quieres quedarte en tu mismo
lugar, sin atreverte a moverte adelante; ya que no sabes lo que hay…Sea la
salida o un precipicio más hondo y oscuro…Pero tampoco quieres volver atrás,
porque sabes que te perderás más! Reconocemos la necedad que nos metió en esa
cueva oscura, y como toda persona arrepentida, pedimos perdón y nos
arrepentimos de lo que hicimos. Clamamos a Dios…y clamamos…y clamamos. Y aun no
hay respuesta. Nuestra fe disminuye. Los miedos comienzan a crecer…Porque El
Enemigo se aprovecha de ese silencio de Dios, para utilizarlo en nuestra
contra. Se podría decir que Dios le concede a Satanás ese periodo de tiempo
para hacernos la vida imposible? Por Supuesto! Nos hace caer en las cosas que
más tememos en caer. Nos hace bajar al fondo de nuestra vergüenza. Nos hace
recordar el pasado en cada segundo, como si fuera una diapositiva reproducida
en tu interior una y otra y otra vez. El terror de caer en otra cueva más
oscura de la que estamos…no nos deja ver el final del túnel. Siempre está el
miedo de dar un paso adelante. Porque en realidad no sabemos qué hacer.
Pensamos que estamos perdidos. Pensamos que hay otro agujero que nos hará caer
más profundo. Pensamos que habrá una pared, que no nos dejara movernos. Pero
siempre hay una respuesta para todo. “Confía en el Señor de todo corazón, y no te
fíes de tu propio entendimiento; y veras como El allanara tus caminos.”
–Proverbios 3:5-6. Así dice el Proverbio. EL problema del ser humano es
ese precisamente. Se deja llevar de su entendimiento…De lo que está en frente
de sus narices. Si el cielo está nublado, solo pronostican lluvias eternas.
Pero en parte es parte de los resultados de nuestros actos: “Lo
que siembras, eso cosecharas.”
Pero también te das el mal lujo de pensar...que aparte de que has sido
perdonado y salvado por gracia divina de Dios, de lo que sea que hayas hecho,
aun te ves como el malo. Aun te ves como el que está condenado. Piensas que pasaras ETERNAMENTE en la cueva.
Piensas que estarás tentado de la misma manera que lo estuviste antes. Pero no. “Dios
es fiel, y no dejara que seas tentado por encima de sus fuerzas. En el momento
de la prueba y la tentación, te dará fuerzas para superarlas.”-1ra. Corintios
10:13. A veces vamos a fallar. Somos humanos. El único perfecto es
Jesús. Así como caemos, nos levantamos, y vemos la piedra con la que
tropezamos. Pero no la dejamos ahí, sino que nos levantamos, cogemos la piedra
con nuestras propias manos, y la lanzamos lejos del camino, para que nunca
vuelva a aparecer en nuestro camino otra vez. Quizás caigamos en otro agujero…Y
sé que hay viene una gran desconfianza y desilusión sobre Dios. Dudas de todo y
de todos…Hasta de Ti Mismo! Y eso te
aterra. Crees que cambiaras. Para mal. Crees que te ira peor de cómo estabas.
Crees que todo esfuerzo será en vano. Que toda oración no servirá en vano,
porque crees que ese silencio es y será eterno. Pero tenemos que entender dos
cosas: A Dios no se le entiende, se le
obedece. Nos rendimos ante su Majestad y le damos la razón en todo ya que El
tiene en Su Vista TODO. Él lo ve TODO a nuestro alrededor y en el mundo
entero; y sabe que es lo que pasara con nosotros en nuestro futuro, ya que El
lo tiene escrito en su Libro de La Vida. El sabe lo que es mejor para nosotros,
ya que Jehová no quiere nada malo para nosotros. No lo tendremos si seguimos
sus pasos, y no nos ponemos de rebeldes. La otra cosa es esta: “Pues
bien, yo les digo: Pidan y se les dará. Busquen y hallaran. Toquen puertas y se
les abrirán. Porque todo el que busca recibe, el que busca halla y el que toca
a la puerta se le abrirá. Habrá un padre entre ustedes que le dé a su hijo una
serpiente cuando pide pan? O cuando le pide un huevo, le dará un escorpión? Si
ustedes que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuanto más el Padre
Celestial dará Espíritu Santo a quienes se lo pidan!”-Lucas 11:9-13.
Una respuesta que muchos han querido escuchar…pero están cerrados en sí mismos.
El cambio, con las experiencias vividas, es realmente extremo. Deseas servir de
manera incondicional a Jesús…pero piensas que como lo harás, estando en esa
cueva dentro de otra cueva en la que caíste? A veces no sabemos que dentro de
ese agujerito donde caímos, encontramos la luz del final del túnel. Es difícil de
creer. Y a veces forzamos en nuestro interior…A veces no sabemos qué hacer.
Solo nos queda caminar a tientas en esta vida. Teniendo siempre la esperanza de
que Dios tenga misericordia de nosotros.
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